Pedro Gómez Valderrama: "El retablo de maese Pedro"

Pedro Gómez Valderrama: "El retablo de maese Pedro"

Para despejar desde el principio cualquier sospecha impertinente, quiero manifestarles que lo que ahora voy a decir no pretende ser una presentación de Pedro Gómez Valderrama ni de su obra literaria.  La personalidad publica e intelectual de Gómez Valderrama -términos por fortuna íntimamente ligados...

Guardado en:
Título de la revista: Ideas y Valores
Autor: Jorge Eliecer Ruíz
Palabras clave:
Idioma: Español
Enlace del documento: http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/29013
Tipo de recurso: Documento de revista
Fuente: Ideas y Valores; No 30-31 (Año 1968).
Entidad editora: Universidad Nacional de Colombia
Derechos de uso: Reconocimiento - NoComercial - SinObraDerivada (by-nc-nd)
Materias: Ciencias Sociales y Humanidades --> Filosofía
Resumen: Para despejar desde el principio cualquier sospecha impertinente, quiero manifestarles que lo que ahora voy a decir no pretende ser una presentación de Pedro Gómez Valderrama ni de su obra literaria.  La personalidad publica e intelectual de Gómez Valderrama -términos por fortuna íntimamente ligados, en este caso- es ampliamente conocida, debatida o admirada en el país.  Su obra literaria, y este último Retablo de Maese Pedro, no necesitan de ninguna andadera para caminar por el mundo, ya que toda obra literaria se presenta por si misma, tiene su carta de ciudadanía,  para emplear un termino sibilino y civilista, en el hecho de que una vez producida entra a formar en la grandísima legión de los que quieren servir a los hombres. Quien va a presentarse, soy yo.  En pocas palabras les diré que soy una persona que anhela y al mismo tiempo teme ser un escritor. Esta tortura me unió desde hace mucho tiempo a Gómez Valderrama y de ella -masoquistas al fin- hemos derivado profundos goces intelectuales. Creo que esta simple razón me autoriza para hacer algunos comentarios sobre su ultimo libro, comentarios en los que la admiración y el afecto no podrán ocultarse pero que tratan de proporcionar a ustedes algunos elementos conceptuales no nuevos, en absoluto- para retener y fijar mejor lo que el autor ha querido decirnos.  Y para iluminarlo, tal  vez.  Este es el oficio de quienes tenernos una visión critica, es decir, constructiva, de la vida y del arte. Y que conste que no soy un critico literario. No lo soy por una razón bastante torpe, pero que desde ya me proporciona íntimos y vedados placeres: espero morir en sus manos.