En ocasion anterior, también por honroso encargo del señorDecano de la Facultad de Medlcina de la Universidad Nacional,tuve oportunidad de analizar a grandes rasgos un problema quetiene extraordinaria trascendencia para el país por sus vastas repercusiones sobre el futuro de nuestro pueblo, y que, sin embargo ha sido negligentemente olvidado por las autoridades y deliberadamente ignorado por los sectores cultos e ilustrados de nuestra sociedad. Me refería entonces a la curva ascendente que, no sólo entre nosotros sino en todos los países civilizados, han seguido en su propagación las enfermedades nerviosas y mentales, y que hace contraste con la disminución progresiva de las demás afecciones y en especial de las infecto-contagiosas, que están a punto de ser dominadas por la técnica cada día más perfecta de la medicina preventiva. Hoy quiero ocuparme de algunos aspectos de este mismo tema que apenas alcanzaron a ser esbozados en mi conferencia anterior.